Cuando comienza el curso todos los papás y todas las mamás observan ciertos comportamientos en sus hijos/as que les llama la atención. En muchos casos, no sabemos si estos comportamientos que detectamos son comportamientos que nos deberían preocupar o bien, son comportamientos comprensibles debido a la vuelta a la rutina después de un periodo vacacional.
Durante estas semanas de inicio de curso sois muchos papás y muchas mamás quienes nos hacéis preguntas sobre el comportamiento de vuestros hijos y hoy os traemos respuesta a todas estas dudas que nos habéis formulado.
Aunque antes de empezar tendremos que tener en cuenta un concepto fundamental: el periodo de adaptación.
Periodo de adaptación, ¿Qué es?
En la entrada: "Periodo de adaptación ¿Qué hacer?" os explicaba qué es el periodo de adaptación y qué podría hacer cada familia para facilitar este proceso a cada peque. Os animo a que accedáis a esa entrada, ya que podréis conocer las pautas a seguir en el periodo de adaptación.
El periodo de adaptación es un intervalo de tiempo en el que el niño se adapta de manera progresiva y gradual a la nueva rutina. Esta adaptación no es repentina, no sucede de la noche a la mañana, ya que requiere de tiempo y experiencia para que el niño aprenda que esta rutina es algo positivo, agradable y estable en el tiempo.
Pongámonos en la piel de vuestro hijo/a, viene de un periodo de tiempo prolongado (30-60 días) en el que su vida se ha basado en estar con su papá, su mamá, sus familiares y amigos jugando, descubriendo, visitando lugares estimulantes como la playa, la montaña, el parque u otros lugares de interés. Ha estado acompañado de forma constante por algún familiar, sobre todo por parte de su papá y su mamá.
¿Por qué es tan importante la compañía de papá y mamá para los hijos?
El ser humano llega al mundo desprovisto de autonomía y conocimientos, necesita a su familia para sobrevivir, por este motivo, es tan importante para un niño pequeño estar tiempo con su mamá y/o su papá. Desde que un ser humano nace hasta la etapa adulta necesita a sus padres para aprender todo lo que necesitará en un futuro para adaptarse al mundo y conseguir vivir de manera independiente. Por este motivo, el niño está provisto de una serie de mecanismos de comportamiento en su código genético que les llevan a estar siempre cerca de sus figuras de referencia (papá y mamá) y evitar que éstos se separen de él.
No obstante, aunque este mecanismo biológico tenía sentido cuando el ser humano vivía en un entorno hostil y peligroso, hoy en día es algo muy diferente ya que por suerte, el hecho de dejar a un hijo en la escuela infantil no es un hecho peligroso, sino enriquecedor y positivo, ya que se trata de un entorno que facilita la adquisición de aprendizajes necesarios a nivel social, cognitivo, personal y emocional. Además, este entorno está supervisado por profesionales que han recibido una formación destinada a ofrecer la cobertura de cualquier necesidad que un niño pueda tener, ya sea emocional, fisiológica, lúdica o cognitiva. Por último, el entorno es ideal para un niño, aulas preparadas para ellos, provista de material educativo, juguetes, dibujos, música, entornos para desarrollar el juego libre, la imaginación y el aprendizaje de conceptos.
Entonces, teniendo en cuenta que el lugar es el adecuado, las personas encargadas son las idóneas y tanto las actividades como los materiales están diseñados para los niños, ¿Por qué muestran un comportamiento que no se corresponde con lo que deberíamos esperar?
Cuando la figura de apego del niño se separa de éste en un momento o situación novedosa produce incertidumbre y este mecanismo biológico del que dispone se activa, recurre al llanto, las rabietas, la solicitud de cariño y atención, así como otras estrategias comportamentales para evitar que la figura de apego se aleje o separe. Estos comportamientos suceden debido a que se activa el sistema de alarma, se activa el miedo a perder el contacto con la figura de apego, aunque la situación no sea una amenaza, incluso sea positiva, si la figura de apego no se encuentra presente, este sistema automático se activa.
Por suerte, gracias al aprendizaje en base al condicionamiento operante, el niño aprende con el tiempo día tras día que tras pasar un tiempo en la escuela infantil vuelven a ver a papá y mamá y aprenden que su figura de apego sigue estando disponible para cuidarles, quererles, atenderles, jugar con ellos y ayudarles a aprender y descubrir el fascinante mundo que les rodea. Por este motivo, día tras día los niños aprenden que esta nueva rutina es agradable, positiva y sobre todo, segura.
Una vez entendido qué es el periodo de adaptación y cómo influye en el comportamiento de los hijos, daremos respuesta a vuestras dudas a continuación:
Dudas frecuentes: Periodo de adaptación
¿Cuánto dura?
Depende de cada alumno/a, de la situación en casa, de la rutina y de otros factores. Aunque por norma general, la duración total suele ser de entre 3 y 6 semanas.
¿Es normal que no quiera entrar?
Es perfectamente normal, sobre todo al principio, ya que el niño entra en un lugar diferente, nuevo, que aún no conoce y su figura de apego no puede acompañarle constantemente. Es un paso difícil para todos los niños, pero cuando pasan unos días jugando, disfrutando, relacionándose con los demás compañeros y establecen un vínculo emocional con el equipo educativo del centro entran corriendo cada mañana.
¿ Es normal que no quieran desayunar los primeros días?
Sí, es normal. Esto se debe a dos factores principalmente: El primer factor es el cambio de horarios y rutina, esto influye directamente en los ritmos de sueño-vigilia-ingesta, por este motivo es recomendable establecer una rutina lo más estable posible cuanto antes en cuanto a horarios. El otro factor es el estrés que supone el periodo de adaptación, que influye en la conducta de ingesta, pero tranquilo, tranquila, es un periodo que no es para siempre, además si esto te preocupa, en el aula tendrá la oportunidad de desayunar.
¿Es normal que por la tarde demande más atención, esté más mimoso o más irascible?
Es normal y perfectamente saludable. El niño, al pasar estas primeras semanas más tiempo en el aula sin su papá ni su mamá necesita llevar a cabo conductas de proximidad con su figura de apego, por este motivo pueden estar más mimosos, demandar más atención y necesitar más afecto. Este comportamiento es natural y debemos ofrecerle cariño, amor, atención y jugar con ellos cuando lo soliciten y siempre que sea posible, esto les ayudará a sentirse seguros durante el periodo de adaptación. Otros niños muestran una respuesta distinta, muestran ira y frustración, ya que no comprenden que están pasando por un periodo de adaptación a la nueva rutina, de igual manera, se recomienda la misma pauta: cariño y afecto (¡Nunca sobra!).
¿Es normal que el niño tenga pesadillas o terrores nocturnos?
Es muy frecuente que los niños muestren pesadillas y terrores nocturnos cuando están viviendo un periodo de transición que implique un cambio aunque sea algo positivo, como una mudanza, el nacimiento de un hermanito nuevo o el inicio del curso. Es importante diferenciar las pesadillas y los terrores nocturnos, ya que no son lo mismo. En el caso de los terrores nocturnos son más frecuentes en niños de 3 años de edad, si quieres aprender a identificarlos y saber cómo gestionarlos: aquí te enseño cómo hacerlo.
¿Es normal que se pueda alterar el control del pipí?
Esta duda preocupa a muchos papás y mamás, ya que tienen miedo de que este paso atrás sea permanente. No obstante, no es un paso atrás ni tampoco es permanente. En el caso del control de esfínteres, una vez adquirido el control vesical y la maduración neuromuscular, es un aprendizaje que prevalece, esto quiere decir que si observamos una falta de control puede deberse a otros factores como el estrés, o incluso una manera de solicitar atención y cariño (es importante tener en cuenta que en edades tempranas los niños no tienen las suficientes estrategias ni capacidades aprendidas para entender qué les ocurre y mucho menos para expresar sus emociones ni preocupaciones. Por este motivo es importante tener en cuenta que estas conductas pueden ser formas de pedir atención y cariño. Es importante no darle demasiada importancia y seguir con las rutinas de aseo y pipí que se habían instaurado.
Hasta aquí la entrada de hoy en cuanto al periodo de adaptación y las dudas que nos habéis formulado.
Sabemos que el periodo de adaptación no es fácil, ya que supone una preocupación para los papás y las mamás, aunque podéis quedaros tranquilos, ya que es un periodo que tiene fecha de caducidad y poco a poco, día a día el comportamiento de vuestros hijos mejorará y cuando menos os lo esperéis entrarán corriendo en el centro deseando jugar, aprender y descubrir.
Desde escuelas infantiles FEN os deseamos un feliz periodo de adaptación y os recordamos que si tenéis alguna consulta o duda que necesitéis resolver podéis contar con la ayuda del servicio de atención temprana y psicología infantil por parte del neuropsicólogo del centro, además de la atención por parte del equipo educativo del centro.
Nuestro trabajo es ofrecer el mejor servicio a nuestros alumnos y a sus familias, quedamos a vuestra disposición siempre que nos necesitéis.
Estamos muy felices de acompañaros en este nuevo curso.
Os damos la bienvenida y os deseamos un feliz curso de parte de todo el equipo de Escuelas infantiles FEN.
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