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Mamá, tómate un respiro

Actualizado: 6 dic 2022

Es un hecho que la cuarentena y la situación por el COVID-19 nos ha afectado a todas las personas. La situación en sí es extraña, nueva y sin antecedentes, la incertidumbre del futuro, el hecho de estar en casa respetando el confinamiento durante tanto tiempo... Es una situación especial y puede superarnos.


Aunque es una situación que nos afecta a todas las personas, existe una parte de la población que suele pasar desapercibida y son auténticas heroínas que sacan familias adelante y hacen posible la felicidad y el bienestar de sus hij@s hoy para que conformen la sociedad del mañana.


Es cierto que también los papás son unos auténticos héroes y que esta misión de educar a los peques sería imposible, ya que las personas somos el resultado de lo que aprendemos, somos lo que vivimos y lo que conocemos, somos el resultado de las personas que nos han criado, amado, cuidado y educado, así que gracias mamá y gracias papá.


No obstante, hoy me centraré en las madres y veréis más adelante porqué, vengo a informaros y sobre todo, a ayudaros, y en tan sólo 6 minutos, ¡no tienes excusa!



¿Cómo nos ha afectado en realidad el confinamiento?

La ciencia una vez más nos ayuda a conocer mejor la repercusión que ha tenido esta situación tan inusual y hemos descubierto que las madres han sido la parte de la población más afectada en cuanto a la salud mental se refiere.

La universidad del País Vasco ha elaborado un estudio sobre las consecuencias psicológicas derivadas del confinamiento y el COVID-19, encontrando diferencias significativas entre género. En este estudio han participado casi 7000 personas, de las cuales, un 46% han experimentado malestar psicológico, sobre todo las mujeres. ¿Qué diferencias han hallado?


La investigadora, Arantxa Gorostiaga, ha encontrado en este estudio que las mujeres han padecido mayor dificultad para concentrarse y desconectar de las preocupaciones, mayor ansiedad y estrés, asociado sobre todo a los sentimientos de culpa o desesperanza. Expone sobre todo, la relevancia de teletrabajar y estar al cargo de hijos/as.


Otro estudio llevado a cabo por la universidad Complutense de Madrid y el Grupo 5, han hallado que las mujeres están resultando más vulnerables a la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático.


Por otra parte, tanto yo, como compañeros y compañeras de la psicología hemos recibido numerosas consultas por parte de madres desbordadas por la situación. En un artículo de eldiario.es, exponen un testimonio de una madre que es muy representativo:


"Es como un estrés constante. Lo tienes cuando estás trabajando con la enana al lado, pero también cuando por fin te puedes liberar del cuidado y te tienes que meter en una habitación para intentar hacer lo que no has hecho el resto del día en el trabajo, aunque concentrarse bien es imposible. Y todo esto metida en casa todo el rato. Es como si todo fuera un problema tuyo, tú te lo guisas, tú te lo comes", concluye María.


¿Por qué las madres se han visto más afectadas?

Esta pregunta no tiene una fácil respuesta. Lo primero que podemos pensar es que se debe al género y al mismo tiempo podríamos llegar a pensar que el "género femenino es más débil", pero nada más lejos de la realidad, esto es falso.


El género es un factor más, realmente el que menos influye, de hecho, la mayoría de mujeres suelen mostrar unos niveles de resiliencia más altos que los hombres, lo que implica que tienen una mayor capacidad de anteponerse a las dificultades del entorno. Aunque se utilice el género como una clasificación, no tiene porqué ser una variable, es decir, que el género no tiene porqué se un factor ni de protección ni de vulnerabilidad.



¿Qué factores influyen realmente?


Existen factores de índole social que pueden influir de forma significativa. La necesidad de sacar adelante a la familia el trabajo a la vez, ta tendencia al perfeccionismo, no desconectar de las preocupaciones, anteponer el bienestar de la familia al bienestar personal, no centrarnos en nuestras propias necesidades, no comunicarnos adecuadamente, la represión de las emociones, la incertidumbre...


Todos estos factores crean estrés y ansiedad que a su vez, generan problemas de sueño, estado de agitación, problemas de autoestima, desesperanza y alteraciones gastroinestinales y de la ingesta que a largo plazo pueden derivar en problemas de ansiedad severos, depresión, problemas cardiovsculares y otras consecuencias de la salud, tal y como os expliqué en esta entrada: https://www.tupsiconline.com/post/ansiedad-síntomas-y-cómo-combatirla-i



Aunque todo esta información parezca catastrófica, puedes actuar desde hoy para darle la vuelta a la tortilla y cambiar esta ansiedad que te invade. Voy a ofrecerte unas pautas que han ayudado tanto a otras madres en situaciones similares a la tuya y que espero que también te sirvan de ayuda a ti. ¡Vamos allá!


Protégete de la ansiedad y el estrés:


- Busca ayuda: No eres una heroína, aunque tu hijo/a te vea como tal, eres humana y en ciertas ocasiones necesitas ayuda de otra persona para que puedas llevar todo adelante, déjate ayudar y cuídate. Si necesitas trabajar y alguien puede encargarse de tus responsabilidades, adelante, delega todo lo que puedas.


- Llama a tu madre: Si tienes la oportunidad llama a tu madre, ella ha pasado ya por donde tu estás ahora y también habrá llamado a su madre. Tu madre está ahí para cuidarte, al igual que tu cuidas a tu hijo/a. La experiencia y el cariño de tu madre te ayudará.


- Expresa tus emociones: Las emociones son necesarias para sobrevivir, nos dan información muy valiosa pero en ocasiones no sabemos cómo gestionarlas. Cuando te sientas superada por las mismas, busca a alguien de confianza y expresa tus emociones, preocupaciones y miedos, lo necesitas.


- Cuídate: Cuidarse no implica sólo comer sano y dormir bien. Cuidarse significa hablarse bien, tomarse un respiro, darse un tiempo, no machacarse por los errores y sobre todo, tratarse con cariño. Trátate a ti misma como tratarías a tu hijo/a, no te regañes, no te exijas en exceso, no te castigues y quiérete, aunque parezca obvio, muchas veces nos olvidamos.


- Tómate un respiro: Te lo mereces. El ser humano es un ser social, pero también necesita momentos para sí mismo y sí, eres humana aunque en ocasiones tu familia piense que tienes superpoderes. Pídele a alguien (puede ser tu pareja) que se quede unas horas con tus hijos/as y tómate esas horas para ti, 100% para ti, es un tiempo para desconectar y relajarte, sin preocupaciones, sin estrés y sin nada que hacer, simplemente dar un paseo, darte un baño, ir a la playa o leer tu libro favorito.


- Mindfulness: El mindfulness forma parte de las terapias de tercera generación en psicología y está avalada por la ciencia. Da muy buenos resultados a la ahora combatir el estrés y sin duda puede ayudarte a estar más tranquila y desconectar de tus preocupaciones. Es una técnica que uso en consulta y en todos los casos, me lo agradecen enormemente. Empieza por seguir el siguiente vídeo e intenta integrarlo en tu rutina diaria, sólo 15 minutos:



Tranquila, tu hijo/a está diseñado para quererte:

Muchas madres se preocupan en exceso por la educación y el cariño que le dan a sus hijos/as. La mayoría tienen miedo de equivocarse, no atender adecuadamente a las necesidades de su hijo/a o no entenderles correctamente.

No obstante, aunque estas dudas siempre estarán ahí, puedes quedarte tranquila, ya que tu hijo/a dispone de un cerebro preparado para sentir amor incondicional por su mamá y su papá.



En un estudio publicado en la prestigiosa revista Psychiatry Research: Neuroimaging, se descubrió que el cerebro de un hijo de 5 años mostraba una activación de regiones cerebrales relacionadas con el amor profundo, la pertenecia social y el enamoramiento. Se comparó la activación del cerebro de ese niño con cerebros de recién enamorados y con personas enamoradas que eran pareja de hace 50 años pero el cerebro que mayor activación presentaba, era el de el hijo cuando veía a su mamá.



Sí, esta imagen que ves es el cerebro de ese hijo viendo a su querida mamá, ¿No es increíble?


Los investigadores concluyeron que el cerebro del niño está diseñado para sentir amor incondicional a su madre.


Así que tranquila, eres humana y todas las personas nos equivocamos, si alguna vez te equivocas o tienes miedo, busca ayuda y recuerda que tu hijo/a siempre te querrá, no importa que te equivoques o no, lo único que importa es que te cuides y que te quieras de forma incondicional, al igual que lo hace tu hijo/a. Lée esto último de nuevo porque es muy importante.

Referencias:


Academic Mindfulness Interest Group, M., & Academic Mindfulness Interest Group, M. (2006). Mindfulness-based psychotherapies: A review of conceptual foundations, empirical evidence and practical considerations.Australian and New Zealand Journal of Psychiatry,40(4), 285-294.


Beauregard, M., Courtemanche, J., Paquette, V., & St-Pierre, É. L. (2009). The neural basis of unconditional love.Psychiatry Research: Neuroimaging,172(2), 93-98.


González-Arratia López Fuentes, N. I., & Valdez Medina, J. L. (2015). Resiliencia. Diferencias por edad en hombres y mujeres mexicanos.Acta de investigación psicológica,5(2), 1996-2010.

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